De ruta por el Tour de Francia

Ruta Tour de Francia: Recorrer el tour de Francia subidos a una bici puede ser solo para profesionales o aficionados con muy buenas piernas, pero hacerlo en autocaravana es una experiencia apta para todos los públicos, y con mucho de especial. S

obre todo para los amantes de los paisajes de vértigo en los que la naturaleza se expresa como solo ella sabe.

Por esa razón, una ruta recorriendo algunos de los puertos del tour de Francia es uno de esos viajes completos y diferentes que no se olvidan con facilidad.

Las imágenes con las cunetas llenas de autocaravanas son el mejor reclamo  para descubrir el país vecino.

Alpe d’Huez

Uno de los imprescindibles es Alpe d’Huez, el mítico puerto que supone uno de los finales de etapa más emocionantes del tour.

Dicen las estadísticas que quien gane en el puerto de las famosas 21 curvas y grandes pendientes tiene bastantes papeletas de vestir el maillot amarillo. Aunque no es el único clásico de la lista.

Tourmalet

También podemos acercarnos  al Tourmalet, conocido por una subida de más de 2.000 metros que no encuentra muchos rivales a la altura. Allí podemos aprovechar para conocer los pueblos del valle del Barèges, con una personalidad muy diferenciada que merece la pena conocer.


Croix de Fer

Y siguiendo con los puertos emblemáticos nos encontramos con la Croix de Fer, otro duro puerto que parece no acabar nunca, dicen los propios corredores.

Mont Ventoux

O Mont Ventoux, la llamada montaña de los vientos infernales, en la que hace cinco décadas murió el lider del Tour en aquel momento, Tom Simpson.

Cuenta con uno de los paisajes más originales de toda la prueba, con un aspecto lunar cada vez más acentuado a medida que se avanza en la escalada.


Más naturaleza

Tampoco podía faltar en este artículo el Galibier, un puerto que conecta Saint-Michel-de-Maurienne y Briançon a través del Télégraphe y el Lautaret.

Fue aquí precisamente donde murió el primer ciclista durante un tour, el vizcaíno Francisco Cepeda, que sufrió una caída en el descenso.

Muchos lo identificarán porque en la cima hay un monumento en honor a Henri Desgrange, el fundador del Tour.

Otras buenas opciones son Col de Aubisque, con unos paisajes de montaña espectaculares en un  trayecto de unos 17 kilómetros, o Col d’Aspin, también con unas vistas excepcionales que dejan huella.

Algunos aficionados habrán leído o escuchado acerca del altercado por el que dos ciclistas, Gino Bartali y Fiorenzo Magni, tuvieron tal altercado que abandonaron el tour.

Pues bien, fue en la cima de este puerto, aunque se puede recordar por muchas otras cosas, por ejemplo por esa excepcional panorámica que ofrece.

Col d’Azet

Para acabar, no podéis saltaros entre otros Col d’Azet, que es sinónimo de espectacular naturaleza:  lagos y montañas se suceden a lo largo de un trayecto con grandes pendientes de impresión.

Portillon

Al igual que Portillon, a cuyos pies se encuentra el Valle de Arán, donde aguarda un entorno que parece sacado del paraíso. Para no perdérselo.

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