Autocaravanas, refugios urbanos
Las autocararavanas también son urbanitas
Autocaravana en ciudad: Uno de los mayores placeres de conducir una autocaravana es poder disfrutar de la carretera y de las vistas que dejamos al pasar junto a acantilados, montañas o valles.
Llegar con ella hasta el fin del mundo es un regalo para cualquiera. Pero también la otra parte de la ecuación, la que consiste en descansar del volante en un espacio perfecto para ver las estrellas y dormir a pierna suelta sin renunciar al confort, es importante.
Despertarse junto al mar o saludar al primer rayo del sol del día desde el valle donde hemos estacionado nuestra autocaravana es una experiencia que los buenos aficionados al caravaning, y no muchos otros, conocen bien.
Sin embargo, los entornos naturales no son los únicos de los que podemos sacar partido.
Conocer los museos de las grandes ciudades, pasear por su casco histórico y adentrarnos en el turismo de asfalto como unos viajeros urbanos más, son otras experiencias que no están vedadas a quienes viajan en autocaravana.
Nuestro vehículo es polivalente y hay que demostrarlo en el uso deseado.
También en las ciudades podemos estacionar en lugares agradables a escasa distancia del centro manteniendo las comodidades de nuestra casa sobre ruedas.
Se trata de espacios tranquilos desde los que nos podemos mover en transporte público. Estos son algunos de los refugios urbanos más recomendables de nuestro país.
Albufera valenciana
A solo unos kilómetros de la ciudad de Valencia tenemos un lugar espectacular en el que estacionar y reponer fuerzas rodeados de naturaleza.
En El Saler, en plena albufera valenciana, hay un estacionamiento para autocaravanas donde nos parecerá que el ajetreo de la ciudad que hemos conocido unas horas antes o conoceremos unas horas después queda a cientos de kilómetros.
Y sin embargo, está a un tiro de piedra. Desde allí podemos coger un autobús urbano que nos dejará en el centro de Valencia, donde hay que darse una vuelta por uno de los mayores centros históricos de Europa.
Tras un paseo por la catedral y sus alrededores, la zona del Ensanche plagada de tesoros modernistas, el llamado soho valenciano, el barrio de Ruzafa, y la espectacular Ciudad de las Artes y las Ciencias, nada mejor que un descanso bien merecido en nuestra autocaravana. Pero en plena albufera, rodeados de naturaleza mediterránea.
Dormir en la playa es un privilegio que no todo el mundo puede disfrutar.
Es una buena opción, pero en la Playa de la Garrofera aparcan numerosos vehículos.
Santuarios de los holandeses pero todos son bienvenidos.
Mercado antiguo de ganado de Ávila
¿Y si pudiéramos dormir con vistas a una centenaria muralla cuyas piedras guardan siglos y siglos de historia?
¿Las mismas murallas que custodian la ciudad de las leyendas por excelencia?
Es lo que podemos hacer en Ávila si nos dirigimos al antiguo mercado de ganado de la ciudad, donde podremos estacionar y disfrutar a pie de una ciudad que tiene decenas de encantos para el viajero.
Entre ellos, la catedral, los monasterios, conventos, palacios, iglesias, ermitas y un largo etcétera que hace de esta localidad un tesoro del que todavía queda mucho por conocer.
Sin olvidar el turismo gastronómico, que en esta ciudad es casi un pecado no practicar. Gran elección.
Camping Osuna, en Madrid
Madrid fue una de las 10 ciudades más visitadas de Europa el año pasado según el último informe Global Destination Cities: más de cinco millones de turistas vinieron a conocer Madrid en 2016.
Sus museos, sus animadas plazas, los barrios castizos, los mercados, su patrimonio arquitectónico…
Y la mayoría de esos turistas durmieron en hoteles. Sin embargo, en el casco urbano de Madrid, a tan solo unos minutos de una parada de metro pero apartado en una zona tranquila junto al precioso parque de El Capricho, se encuentra un camping donde puedes estacionar tu autocaravana.
El premio consiste en disfrutar de la ciudad para refugiarte después en un tranquilo oasis. Un lujo al alcance de todos.